LA IMPORTANCIA
DEL SUEÑO EN LOS NIÑOS.
Psicólogos, pediatras y especialistas están de acuerdo en que la salud y el
crecimiento de los niños se hallan estrechamente ligados a sus ritmos
biológicos. Muchos problemas de cansancio, falta de rendimiento escolar e
incluso retraso de crecimiento se explican por una desincronización con el
denominado reloj biológico que gobierna nuestro sistema nervioso.
La falta de sueño, puede provocar en el niño comportamientos de
aislamiento, angustia y actitudes agresivas. Al dormir, el organismo
incrementa, entre otras cosas, la producción de sustancias que regulan y
aumentan la respuesta inmunitaria, la regeneración orgánica, la síntesis de la
hormona del crecimiento, la maduración neuronal, la regeneración de procesos
mentales y de aprendizaje, así como el almacenamiento de la memoria a largo
plazo.
Por todas estas razones se hace necesario preservar el sueño de
cada niño. Es importante que los padres cuiden el sueño de sus hijos como un
hábito desde los primeros meses de vida. Esto determina un rol primordial de
los padres para proteger la higiene del sueño de los hijos como parte de su
crianza y educación.
Los
expertos alertan que los niños preescolares (0
a 6 años) deben
dormir una media de entre 10 y 12 horas, los escolares (6-12 años), 10 horas,
los adolescentes, 9 horas y los adultos, 8 horas.
A cada edad, su siesta.
En los bebés recién nacidos, apenas habrá diferencia entre el sueño diurno y nocturno. Dormirá unas 18 horas al día, en ritmos de 3 a 4 horas. A medida que vaya cumpliendo meses, su horario de sueño-vigilia se irá pareciendo cada vez más al nuestro.
El sueño nocturno irá aumentando y las siestas diurnas se irán
reduciendo. Así, con un año, dejará
la primera siesta, sobre todo si asiste a la guardería, y solo necesitará
dormir 1-2 horas después de comer.
¿Cuánto debe dormir?
La siesta de después de comer debe dar tiempo a su cuerpo a reponer energías sin que interfiera por ello en su descanso nocturno. Con una o dos horas tendrá más que suficiente. Recuerda que lo que duerma de más durante el día lo dormirá de menos por la noche, por eso un sueño demasiado largo durante el día será contraproducente, puesto que romperá su ritmo biológico.
La siesta de después de comer debe dar tiempo a su cuerpo a reponer energías sin que interfiera por ello en su descanso nocturno. Con una o dos horas tendrá más que suficiente. Recuerda que lo que duerma de más durante el día lo dormirá de menos por la noche, por eso un sueño demasiado largo durante el día será contraproducente, puesto que romperá su ritmo biológico.
Estableciendo
una rutina para irse a la cama, sueño nocturno.
Una rutina para irse a acostar es una
buena manera de asegurar que su preescolar duerme lo suficiente. A continuación
detallamos algunos puntos a tener en mente cuando usted establezca esa rutina:
·
Incluya
un período de tranquilidad unos treinta minutos antes de la hora de dormir.
·
Fije
una hora específica para dormir, avisando debidamente a su hijo(a) media hora
antes y 10 minutos antes de la hora acordada.
·
Establezca
horas fijas para irse a acostar, levantase y tomar siestas.
·
Mantenga
horas de juego y horas de comer consistentes.
·
Evite
los estimulantes como la cafeína, cuando se aproxime la hora de dormir.
·
La
habitación debe ser tranquila, acogedora y conductiva al sueño.
·
Utilice
la cama solamente para dormir— no para jugar o para ver la televisión.
·
Limite
las comidas y bebidas antes de la hora de acostarse.
·
Permita
que su hijo(a) escoja con qué pijamas quiere dormir, qué muñeco de peluche
necesita llevarse a la cama, etc.
·
Contemple
el escuchar música lenta y agradable antes de dormir.
·
Acueste
a su hijo cariñosamente para reafirmar una sensación de seguridad.
http://www.sontushijos.org/articulos.php?id=10&a=1088
http://kidshealth.org/parent/en_espanol/crecimiento/sleep_preschool_esp.html
http://www.guiadelnino.com/educacion/el-nino-de-4-a-6-anos/la-siesta-hasta-cuando
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